El mercado actual requiere de organizaciones que ponen a sus empleados como prioridad y así mejorar su capacidad productiva y competir en mercados definitivamente globalizados, opina Fernanda Zenizo.
Por lo menos durante estos últimos meses, algo que hemos aprendido es que las tecnologías y sistemas de información, así como el proceso de digitalización, ya no son únicamente facilitadores y habilitadores en los procesos de cualquier organización, también se han convertido ya en un imperativo y un agente de supervivencia en la presente realidad.
Estos elementos son fundamentales para que cualquier organización, del sector y tamaño que sea, sobreviva, sobre todo en etapas similares a la que estamos atravesando, tanto en lo social como en lo económico. Son esenciales para actuar rápidamente con soluciones eficientes e innovadoras a las necesidades de nuestros clientes, tanto externos como internos.
Como directivos de empresas, en el quehacer diario nos ocupa y preocupa el crecimiento de nuestra organización, el entregar valor a nuestros accionistas, proveedores, socios, a la sociedad a la que dirigimos nuestros servicios o productos.
Para las empresas, el corto plazo será de ahorros y pocos gastos por los momentos de incertidumbre, pero ya con más claridad en el mediano y largo plazo, la inversión en innovación digital es donde deben de seguir enfocando su atención. Cerca de un 80% de los CIO y CFO no tienen contemplado cancelar o aplazar inversiones en transformación digital y tecnologías de la información y para los CEO sigue siendo prioridad invertir en estas áreas, conscientes que ayudarán a su organización a superar la coyuntura actual y futuras similares.
La tecnología enfocada al recurso humano no debe de ser la excepción. Mejorar la retención y el desarrollo del capital humano es una prioridad. Y sin duda, el factor humano se vuelve cada vez más un componente que asiduamente debe de ir de la mano con la digitalización.
Sin herramientas tecnológicas e innovadoras, en lo que respecta a reclutar, seleccionar y retener al capital humano indicado, puede ser costoso. Pero esto también es una inversión. No únicamente por el proceso de contratación, sino también por el tiempo que lleva capacitar a una persona a que desempeñe una función teniendo como base los procesos y necesidades específicos de cada empresa. El tiempo requerido para adaptarse a un nuevo trabajo ya implica una inversión.
Es aquí cuando la inteligencia laboral a través de la tecnología se vuelve un factor relevante y necesario. Retener el talento para competir en el mercado local y global, requiere de herramientas tecnológicas que gestionen de manera integral el capital humano de las empresas. Contar con un instrumento de gestión de talento innovador vuelve a la empresa más productiva, haciendo que se enfoque con mejores directrices a los objetivos del negocio.
Estas herramientas tecnológicas se convierten en aliados estratégicos para las áreas de Recursos Humanos. A través del análisis de datos es posible poner en marcha políticas de gestión de personal y retención de talento personalizadas al monitorear el bienestar del personal y programas formativos específicos.
Con datos cualitativos y cuantitativos se toman mejores decisiones que resulten en un incremento de la productividad de los colaboradores y en la disminución de riesgos del factor humano. Y además se fortalecen las estrategias de talento y el desarrollo de experiencias enfocadas en la gente más transparentes, ágiles, eficientes y orientadas a resultados.
Hoy las empresas, incluyendo las pequeñas y medianas, pueden acceder a estas herramientas con una inversión menor. Son herramientas tecnológicas, que están disponibles en el mercado mexicano y operadas por mexicanos, que a través del uso de datos concretos permiten tomar decisiones más objetivas, más justas, más humanas.
El mercado actual requiere de organizaciones que ponen a sus empleados como prioridad y así mejorar su capacidad productiva y competir en mercados definitivamente globalizados; organizaciones que se ocupan e invierten, en fortalecer la eficiencia y capacidades de su gente para contribuir en el aseguramiento de su supervivencia serán quienes salgan a flote en un mundo cada vez más propenso a la interacción digital con un enfoque humano.