El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a su primogénito José Ramón López Beltrán que aclare de dónde provienen sus ingresos y aseguró que ninguno de su hijos tiene alguna interferencia el gobierno de la Cuarta Transformación. Durante la conferencia de prensa matutina de este viernes, el mandatario volvió a hablar sobre el reportaje de la casa que habitó su hijo José Ramón en Houston, Texas y exhibió los supuestos ingresos del periodista Carlos Loret de Mola en 2021.
“Mi hijo José Ramón tiene 40 años, es independiente y no tiene que ver con el gobierno. Ninguno de mis hijos tiene que ver con los asuntos públicos, ninguno de mis familiares. Yo hice un compromiso con el pueblo de México de no permitir la corrupción, ni el influyentísimo, ni el nepotismo. Ninguna de esas lacras de la política y no le voy a fallar al pueblo”, dijo en conferencia realizada en Sonora. El titular del Ejecutivo señaló que los reportajes periodísticos realizados sobre las actividades empresariales y estilo de vida de sus hijos, son realmente dirigidos a él y que los comunicadores que los han publicado no tienen calidad moral para hacerlo.
“Espero que José Ramón conteste, ya es grande, de qué vive […] En sentido estricto, si lo analizamos, no es atacar a mi hijo Andrés por los chocolates Rocío, no es atacar a José Ramón porque su esposa rentó una casa en Houston supuestamente vinculada con empresa que trabaja para Pemex, lo cual no es cierto, no hay conflicto de interés, es un montaje. Estos ataques no son para mis hijos, es a mí, ahora sí que tomo nota”, sentenció.
«Espero que José Ramón conteste, ya es grande», comentó @lopezobrador_ sobre la investigación que reveló la vida de lujos que rodea a su hijo, López Beltrán, en Miami.
“Con qué autoridad moral Loret de Mola me va a cuestionar si lo que he estimado más importante en mi vida es la honestidad”, agregó. “Porque para enjuiciar al alguien públicamente se necesita tener autoridad moral, sino no es posible”. En este contexto, López Obrador afirmó que su escudo es la honestidad, de lo contrario ya lo hubieran hecho “papilla”, políticamente hablando.