La falta de agua en la Ciudad de México se ha convertido en uno de los problemas más urgentes a atender y para el que es indispensable la participación de la ciudadanía, de las autoridades y de otros sectores. Tan sólo a principios de marzo la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se refirió el hecho como una «sequía grave», declaración que se respaldó cuando Germán Martínez, el director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), alertó que el Sistema Cutzamala solo cuenta con 386 millones de metros cúbicos, es decir, solo el 49.4 por ciento de su capacidad por lo que las alcaldías y municipios de la capital y del EdoMex tendrían una reducción en el suministro del vital líquido.
«Hace 40 años no se tenían identificados unos niveles de almacenamiento tan bajos en este sistema de presas, lo cual implica que el agua disponible para trasladar al Valle de México y a sus habitantes de la Ciudad de México y del Estado de México, es menor y por tanto van a haber racionamientos y cortes para dotar a agua a esta región», dijo el Director Ejecutivo en Agua Capital, Eduardo Vázquez Herrera, a El Heraldo Digital.
Al referirse a una sequía «muy particular» el experto detalló que esto ocurre porque las fuentes de abastecimiento externas tienen unos niveles de almacenamiento menores a los que el se tienen en el promedio histórico en estas fechas. ¿Pero de dónde viene esto?, según Eduardo Vázquez y expertos al rededor del mundo, tan sólo es una consecuencia del calentamiento global, la otra problemática que urge atender.
«La vinculación (de las sequías) con el cambio climático es directa y es clara. (Hay que) insistir en el tema de que en los últimos años se ha visto cómo por efectos de cambio climático se afecta el ciclo hidrológico, lo cual afecta a los patrones de lluvia y a veces hay mayores sequias y de mayor impacto, y por otro lado, lluvias más intensas en periodos cortos», precisó al recordar la urgencia que tienen las autoridades de la CDMX y del Estado de México por garantizar el abastecimiento del agua almacenada a los distintos sectores.
Por otro lado, afirma que no hay que dejar toda esta problemática en manos de las lluvias y del agua que se alcanza a acumular en las presas o pozos, pues existen muchas otras formas tanto de almacenamiento con las cuales asegurar el abastecimiento para los ciudadanos y los otros sectores que requieren del vital líquido. Algunos de los ejemplos son los siguientes y que ya comienzan a atenderse con la “Estrategia de Atención ante la Temporada de Estiaje 2023” que presentó el gobierno de la CDMX, el Sistema de Aguas Capitalino (SACMEX), la Conagua y la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obra (SEDUO) del Estado de México.
Reparación de fugas. Según precisó Vázquez Herrera a este medio, al menos en la CDMX, «aproximadamente se pierden en fugas el 50% del agua que es todavía más del que llega por vía del Sistema Cutzamala» y es por ello que también se pusieron a disposición líneas para reportar este problema.
Tratamiento y de reúso de agua.
El Director Ejecutivo del Fondo de Agua de la Ciudad de México también precisó que la se debe atender la deforestación y afectación de las áreas naturales protegidas en suelo de conservación, ya que es la principal fuente infiltración y recarga de los acuíferos, es decir, la principal fuente de abastecimiento del vital líquido en el Valle de México.
Mientras que en manos de la ciudadanía está pagar sus recibos del agua y usarla de forma consciente al regar los jardines o al hacer la limpieza de las casas.
Estas son las medidas en CDMX para enfrentar la escasez de agua
La “Estrategia de Atención ante la Temporada de Estiaje 2023” fue una medida emergente para asegurar el abastecimiento de agua de los meses de marzo, abril y mayo, de los que se cree que serán los más significativos al hablar del estiaje en donde según explicaron las autoridades capitalinas la población sólo recibirá 8 metros cúbicos por segundo, lo que representa un 24 por ciento menos que en 2019.
Para enfrentar la problemática se busca rehabilitar pozos e implementar una distribución equitativa por lo que incluso habrá servicio gratuito de pipas, tan sólo por señalar algunos puntos de la estrategia en la que también se requiere la participación de la población para cuidar este recurso tan esencial. A pesar de ello, para Eduardo Vázquez Herrera hace falta tomar en cuenta otros aspectos igual de importantes y que no sólo responden a la sequía de este 2023.
«No basta con este tipo de acciones emergentes, tienen que ser más eficientes en la prestación del servicio, debe de haber menos fugas, se debe promover mejor de mejor manera el tratamiento y reúso de agua, crear los incentivos necesarios. Entonces es una colección de acciones y soluciones que requieren de acuerdo a cada sector, a cada actor, que se trate de poner de su parte para lograr en conjunto una solución completa al problema», puntualizó.
En ese mismo sentido señaló que el Sistema Cutzamala presenta «serios problemas de mantenimiento» que requieren ser atendidos de forma urgente; sin embargo, agregó que el presupuesto «no le alcanza al gobierno». Ante ello una posible solución sería la inversión de otros sectores para atender los grandes retos de la presa y así no afectar a otros sectores como la seguridad alimentaria, la seguridad energética, el combate a la pobreza y el desarrollo social, el desarrollo productivo, la educación y la equidad.
En cuanto a lo que la ciudadanía puede hacer, destacó que hay que evitar pensar que al tratarse de «un problema tan grande y tan complejo nosotros no podemos generar una diferencia», cuando la realidad es que a nivel individual «la suma de todas las partes puede generar una gran diferencia» con la cual ayudar a las 2.6 millones de personas que tan solo en el Valle de México no tienen acceso al agua de manera corriente todos los días.
«Si nosotros no lo usamos de manera eficiente y no pagamos nuestras tarifas todas esas personas no van a tener acceso al agua; hay (que tener) un enfoque de corresponsabilidad que va más allá a las autoridades, del sector productivo, del campo, donde todos tienen que poner de su parte».
¿Por qué si «llueve tanto» no hay agua?
Para el director ejecutivo de Agua Capital, una de las preguntas más comunes de la población es por qué si «llueve tanto» el país se enfrenta constantemente a sequías y uno de los mejores ejemplos fueron las lluvias atípicas que ocurrieron la semana pasada en la CDMX. Pues aunque la precipitación pluvial se haga presente, no implica que el agua pueda ser almacenada para su uso.
Sobre ello especificó que la temporada de lluvias «se ha ido compactando» y de los 5 o 6 meses que se tenía en décadas pasadas, actualmente sólo se disponen de cuatro meses en promedio para esta temporada. Este no es el único problema que hay que enfrentar, ya que además está detonado por el cambio climático y que no llueve donde debería de llover.
«El problema que tenemos es que sí llovió aquí, insisto de nuevo moderada, pero donde tendría que estar lloviendo que es en el sistema de presas, en la presa Colorines, en la presa Valle de Bravo, en la presa Valle Victoria y las demás; no está lloviendo lo suficiente y por eso no han recuperado su capacidad almacenamiento», detalla sobre el caso de la CDMX.
Escasez de agua, un escenario cotidiano que no sólo afecta a la CDMX
Por otro lado, Eduardo Vázquez explica que el fenómeno de las sequias no es nada nuevo y que así como en el primer periodo de 2023 lo vive la capital del país, el año pasado ocurrió en Nuevo León, pero que en realidad al voltear a ver hacia las últimos años es un escenario bastante cotidiano que ha afectado a diversas entidades del país como Chihuahua o Baja California, tan sólo por mencionar algunas.
«Ya estamos enfrentando de manera cotidiana y reiterada escenarios de incertidumbre climática que se reflejan en sequías y por tanto en escasez y el peor error que podemos cometer en estas localidades es pensar que a nosotros no nos va a pasar; solo porque pasó en Monterrey el año pasado no implicaba que a nosotros no se nos iba a presentar una situación de igual complejidad, cosa que ya sucedió», explicó.
Claro que este panorama en el que el cambio climático está dejando más sequías no debe verse como el fin y sobre ello el también miembro de la Red de Agua de la UNAM precisó que «se requiere de un catálogo, un portafolio, de acciones tanto a gran escala como en menor escala» en las que se sumen las labores de las autoridades y los esfuerzos de la población.
«Debemos de gestionar el agua de manera más eficiente a través de los prestadores del servicio, que no haya fugas, que se promueva el tratamiento el uso de agua, los ciudadanos debemos ser más conscientes y racionales cuando estamos usando el agua en nuestras distintas actividades, hay que pagar el recibo del agua porque cubrir esa tarifa permite al prestador de servicio obtener recursos para ampliar y mantener la infraestructura; hay que cuidar los bosques, en las épocas de lluvias hay que captar el agua de lluvia que por cierto nosotros tenemos un programa significativo de habilitación de infraestructura para captar el agua de lluvia en escuelas en el Valle de México», indicó.
Por supuesto, todo lo anterior tan solo es la suma de muchos esfuerzos a los que también se deben de sumar los usuarios del sector productivo para «usar el agua de manera más eficiente en sus procesos y que las descargas no contaminen los cuerpos de agua».