El empresario mexicano Alberto Baillères González, consejero honorario del Grupo Bal, conglomerado que incluye empresas como Palacio de Hierro, GNP y Grupo Peñoles, falleció el miércoles a sus 90 años. Hasta el momento se desconoce la causa de la muerte del empresario Baillères González, conocido como el rey de la plata, quien se jubiló el año pasado, dejando a su hijo, Alejandro Baillères Gual, al frente de Grupo Bal.
En 1957, Alberto Baillères comenzó a trabajar como vendedor de cerveza en Cervecería Moctezuma, propiedad de la empresa de su padre, Grupo Bal; posteriormente fue escalando de posiciones entre el conglomerado mexicano hasta que en 1969, a los 38 años, Raúl Baillères murió en un accidente y dejó a su cargo a una quincena de empresas del grupo. El oriundo de la Ciudad de México, quien ostentaba una fortuna de más de 10 mil millones de dólares, fue considerado uno de los empresarios más prominentes del país. En 2020, la revista Expansión lo ubicó en el puesto número 5 de los empresarios más importantes de México. Un año después y como parte del plan de sucesión de la compañía, este lugar fue ocupado por su hijo Alejandro Baillères Gual.
“Mi padre fue el que me influyó todo el amor que tengo por México; mi padre fue un gran mexicano que quiso mucho a su país y nos lo influyó a toda su familia; mi familia para mí es lo más importante. Yo tengo dos grandes amores en la vida: mi familia y mi querido México”, dijo en 2015, cuando fue galardonado con la Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República, la máxima condecoración que el Congreso otorga a los ciudadanos más eminentes del país. En dicha plática, Baillères sostuvo que regirse bajo valores como la libertad, igualdad, democracia, el gusto por el trabajo y la práctica del estoicismo regían su vida cotidiana. El hombre de la plata tenía claro el alcance de sus proyectos; sin embargo, uno en particular le generaba rendimientos personales, el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) del que fuera presidente de la junta de Consejo, instancia que también fue su alma máter. “El ITAM es la máxima satisfacción que yo tengo de todos mis quehaceres y todos los hago con una verdadera pasión, pero es la que más me llena de satisfacción porque hemos logrado a través de esta institución algo muy importante y pienso que hasta más de lo que sus fundadores hubieran pensado”, dijo en 2015. Desde 1967, Alberto Baillères presidió también la Asociación Mexicana de Cultura, A.C., institución patrocinadora del ITAM.