mayo 28, 2024

Irán reveló el sábado haber suministrado drones a Rusia antes de que las tropas de Moscú invadieran Ucrania, en febrero de 2022.

«Proporcionamos a Rusia un número limitado de drones meses antes de la guerra en Ucrania», anunció el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, citado por la agencia oficial Irna.

Es la primera vez que el ministro informa sobre el envío de drones a Rusia. En las últimas semanas, Kiev y sus aliados occidentales acusaron a Rusia de utilizar drones de fabricación iraní para realizar ataques en Ucrania. Teherán negó repetidamente que los drones hubiesen sido producidos en Irán.

Sin embargo, el jefe de la diplomacia iraní se declaró dispuesto a examinar cualquier prueba de que se hubieran utilizado drones iraníes en el conflicto ucraniano.

Kiev afirmó que hasta ahora se utilizaron unos 400 drones iraníes contra la población ucraniana y que Moscú había encargado unos 2 mil.

La admisión de Teherán sobre estas entregas de drones a Moscú demuestra un poco más el acercamiento entre Rusia e Irán iniciado estos últimos meses, frente a una Ucrania ampliamente apoyada por Estados Unidos y la Unión Europea (UE). China, de su lado, se mantiene al margen de toda implicación directa en la guerra.

Drones sí, misiles no

Irán desmintió por otra parte haber suministrado misiles a Rusia, juzgando estas acusaciones de «completamente falsas».

Informaciones de prensa indicaron en los últimos días de posibles entregas de misiles tierra-tierra iraníes a Rusia.

A pesar de las desmentidas de Irán, la Unión Europea y el Reino Unido anunciaron nuevas sanciones contra tres generales y una empresa de armamento «responsables de suministrar a Rusia drones kamikazes» para bombardear Ucrania.

En septiembre, Kiev decidió reducir considerablemente sus relaciones diplomáticas con Teherán debido a los presuntos envíos de armas a Moscú.

La situación en Jersón

En el terreno, los ejércitos ucranianos y ruso parecen seguir preparándose para una batalla feroz en Jersón, principal ciudad tomada por Rusia desde el inicio de su invasión el 24 de febrero.

Según la presidencia ucraniana, «los ocupantes rusos intentan identificar a los habitantes locales que rechazan ser evacuados» hacia los territorios ocupados por las tropas de Moscú, más lejos de la línea del frente, e incluso a la propia Rusia.

El viernes, el presidente ruso Vladimir Putin justificó por primera vez esas evacuaciones, estimando que los civiles «deben ser alejados» de las zonas de combate «más peligrosas».

Ucrania, por su parte, denunció una vez más una política de «deportación».

El ministerio ruso de Defensa afirmó este sábado haber destruido «una estación de radar (utilizada) para los misiles antiaéreos S-300» e «interceptado 27 Himars estadounidenses» en la región de Jersón.

Más al este, un juez de la Corta Suprema de la República de Donetsk fue herido de bala el viernes y se encuentra «en estado grave», anunciaron las autoridades de ocupación rusas.

El ministerio del Interior de esta región anexada a finales de septiembre por Moscú en el este de Ucrania no dio detalles sobre lo ocurrido ni las razones de este ataque.

En el norte de Ucrania, a pesar de la retirada de los rusos de la región a finales de marzo e inicios de abril, los guardias fronterizos ucranianos se preparan para «impedir una (nueva) invasión» rusa desde Bielorrusia, país aliado de Moscú que sirvió de base al ejército ruso en los primeros días de combates.

«La probabilidad de un ataque será siempre elevada aquí, cerca de la frontera», estimó ante AFP «Lynx», según su nombre en código, que evalúa en «50/50» el riesgo de una nueva ofensiva rusa en la región.

Pero ahora «la situación es completamente distinta» a la de febrero, aseguró Andriy Bogdan, alcalde de Gorodnia, pueblo cercano a las fronteras de Bielorrusia y Rusia.

«Contamos con nuestros guardias fronterizos, nuestras fuerzas armadas y todas las fuerzas de defensa. Ahora están aquí, listos para luchar», agregó.