En la Ciudad como en el país entero se vive la crisis entre un régimen que se resiste a fenecer y el nuevo régimen que está naciendo. La honestidad del presidente de la República ha orientado el rumbo; sin embargo, es necesario el concurso del pueblo entero para empujar el nacimiento del México del siglo XXI.
La resistencia de ese régimen de corrupción está abiertamente encabezada por la alianza del PRIAN y las ruinas del PRD como apendice, la cual se asume articuladora de lo que ellos mismos definieron como el TUMOR, Todos Unidos contra Morena. Efectivamente, son el tumor, pero de México. La corrupción que robó miles de millones de pesos que debieron ser hospitales y escuelas y hoy son fortunas ocultas en paraísos fiscales.
Hay esperanza, ellos no gobiernan. Aunque siguen como instrumento de los intereses económicos, no dominan al presidente y no controlan el Congreso. Mejor aún, carecen de proyecto. Su propuesta es acabar con Andrés Manuel López Obrador sin mayor razón que la recuperación de sus privilegios. Es mera ambición por recobrar su impunidad.
Carecen de propuesta para el pueblo de México, pero están sedientos de venganza y utilizan la mentira para esparcir odio. Un odio que la gente no comparte, porque el pueblo sabe de qué pie cojean. El pueblo sabe que la supuesta democracia, que dicen se ha perdido, es pobreza e injusticia. Más de 60 millones de mexicanos no tienen ni para lo más elemental gracias a la política de saqueo y hurto que implicó la implementación neoliberal salinista.
En la Ciudad esa beligerancia es aún mayor por su carga misógina. Los ataques a la doctora Claudia Sheinbaum los radicaliza su condición de mujer. Es una gobernante que ha demostrado una sorprendente capacidad de respuesta frente a la pandemia. Afronta uno de los momentos más difíciles porque la Ciudad reúne las características y condiciones que la convierten en el principal asiento de la pandemia.
El escenario para el pueblo es duro, pero la gente sabe que cuenta con un gobierno que actúa distinto al que gobernó durante los terremotos (1985 y 2017). Este gobierno está cumpliendo con honestidad la premisa de primero los pobres; hay la seguridad de que cada peso y cada centavo de las arcas se está usando para sacar adelante la situación. Eso es una pequeña gran diferencia que ayuda a comprender el por qué, pese a la adversidad, la gente aprueba la gestión de gobierno.
Sólo el pueblo puede salvar al pueblo es la consigna que derrotó al PRIAN y es la medicina que acabará con el TUMOR de la transa y la corrupción. La clave es la selección de hombres y mujeres de buena voluntad y de probada honestidad. Todos en unidad anteponiendo los principios a los cargos para refrendar el voto de México por una sociedad incluyente en la que la igualdad y la justicia tengan cabida.
*Ricardo Ruiz Suárez es diputado de la Ciudad de México por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Maestro en Derecho Constitucional y Administrativo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha sido catedrático e investigador del Departamento de Derecho de la UAM-Azcapotzalco.