junio 14, 2024

A pesar de haber puesto fin a la perforación de aguas subterráneas en la década de 1950, 115 años de datos de nivelación y 24 años de datos GPS revelan que la ciudad se sigue hundiendo aproximadamente al mismo ritmo.

El suelo de Ciudad de México se hunde a un ritmo de casi 50 centímetros al año, y no se detendrá pronto, ni se recuperará, según una nueva investigación.

Utilizando datos modernos, y combinando 115 años de mediciones terrestres y 24 años de mediciones espaciales, el equipo de científicos estadounidenses y mexicanos ha llegado a la conclusión de que amplias franjas del suelo bajo la ciudad se están compactando constantemente.

Prevén que el suelo seguirá compactándose durante unos 150 años, añadiendo hasta 30 metros a lo que ya son varios metros de hundimiento durante el siglo XX. Los investigadores estiman ahora que las capas de arcilla que se encuentran debajo de Ciudad de México podrían acabar comprimiéndose en un 30 por ciento. En la actualidad, la arcilla superior de la ciudad ya está compactada en un 17 por ciento, y los autores dicen que estos cambios son «casi totalmente irreversibles».

Las láminas de arcilla se comprimen

Tras siglos de drenaje de agua de los acuíferos subterráneos, el lecho lacustre sobre el que se asienta la ciudad se ha ido secando cada vez más, provocando que las láminas de arcilla se compriman y agrieten a un ritmo prácticamente imparable. Esto no solo pone en peligro las infraestructuras, sino que también amenaza la seguridad hídrica de millones de personas, informa ScienceAlert.

«Incluso si los niveles de agua se elevaran, no hay esperanza de recuperar la mayor parte de la elevación perdida y la capacidad de almacenamiento perdida del acuífero», escriben los autores. 

El peso continuado de una ciudad en expansión y la explotación constante de las aguas subterráneas hacen que sea inevitable un mayor hundimiento. El hecho de que este hundimiento también se produzca en regiones que aún no están lastradas por la urbanización es especialmente preocupante.

«Si se construyen edificios pesados en ese tipo de terreno y se utilizan cimientos poco profundos, el suelo se compacta», declaró en 2004 a The Guardian el ingeniero geotécnico Eddie Bromhead, de la Universidad de Kingston de Londres.

Fuente: DW.COM