El mandatario Joe Biden pedirá este jueves al Congreso estadounidense suspender por 3 meses un impuesto federal sobre el costo de la gasolina que se ha disparado, lo cual incomoda a los estadounidenses, a pocos meses de las elecciones de mitad de precepto.
La Vivienda Blanca desea borrar hasta septiembre un impuesto federal de 18 centavos por galón (3.78 litros) y solicitar a los estados, que además gravan la gasolina en el surtidor, a hacer lo mismo para «aliviar de manera directa a los clientes estadounidenses que padecen el levanta de los costos de Vladimir Putin», indicaron elevados burócratas de la gestión Biden.
El costo promedio del galón de gasolina alcanzó el récord de 5 dólares (4.96 dólares el miércoles), ante unos 3 dólares hace un año.
El repunte está afectando en la economía nacional, arrastrando el índice de aceptación del mandatario de Estados Unidos, que se encuentra por abajo del 40 por ciento.
«El mandatario es consciente del fundamental desafío que suponen los elevados costos de la gasolina para las familias trabajadoras», puesto que los costes de la gasolina «escalaron dramáticamente internacionalmente, en casi 2 dólares el galón a partir de que Putin concentró sus tropas en las fronteras de Ucrania», aseveraron los burócratas.
Biden «entiende que esta suspensión del impuesto sobre la gasolina no va a indemnizar por sí sola el crecimiento de los precios que estamos viendo», admitieron.
Sin embargo considera que en este instante exclusivo en el cual la guerra en Ucrania obliga los precios a las familias estadounidenses, el Congreso debería hacer lo cual logre para aliviar a aquellas familias», agregaron.
Se espera que la suspensión de este impuesto federal de 18 centavos, junto con el impuesto sobre el diésel de 24 centavos por galón a lo largo de la temporada de viajes de verano, cueste unos 10,000 millones de dólares al fondo de infraestructuras de carreteras, comúnmente financiado por dichos gravámenes.
La gestión garantiza que otros ingresos tienen la posibilidad de indemnizar la deficiencia del fondo.
Asimismo, la Vivienda Blanca exige a los estados, que además imponen diversos niveles de impuestos sobre la gasolina, a eliminar temporalmente sus gravámenes o faciliten mecanismos de indemnización a los automovilistas.
Diversos estados ya lo hicieron, como Connecticut y Nueva York. Aproximadamente, los estados cobran 30 céntimos en impuestos por galón de gasolina.
Sin embargo según analistas, unos 46 estados todavía no han actuado, entre ellos California, donde la gasolina es la más gravada y la más cara, superando los 6 dólares el galón.