La disminución de actividades humanas, debido al confinamiento, ha propiciado que la naturaleza se recupere y se exprese en fenómenos como la bioluminiscencia. Ya que, en las últimas semanas se ha observado en las playas de México, afirmó David Uriel Hernández Becerril, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM.
“No hay registro sobre la periodicidad o lugares donde ocurre la bioluminiscencia, pero la mínima presencia de actividad humana o ausencia de esta ha hecho posible que se disperse a zonas donde antes se veía poco, como varias costas de México”, dijo.
Como resultado de los cambios en las condiciones ambientales, organismos microscópicos marinos llamados dinoflagelados han proliferado y producen ese fenómeno.
“La función que desempeñan los microorganismos en ese entorno es muy importante, pero lamentablemente están amenazados por el deterioro ambiental, el calentamiento global y la acidificación de los océanos”.
Destacó que estos fenómenos y el avistamiento de animales silvestres a partir de la cuarentena debería ser un incentivo para ser conscientes de la importancia de la biodiversidad, patrimonio cultural y natural.