El Gobierno de Estados Unidos ha lanzado un nuevo enfoque para combatir a las cadenas de suministro por las que se trafica el fentanilo y sus precursores químicos. Esto con la finalidad de evitar más muertes por sobredosis y para proteger la salud pública de sus habitantes.
El plan -dado a conocer este martes- está basado en la Estrategia Nacional de Control de Drogas de la administración encabezada por Joe Biden y Kamala Harris, la cual asegura que en los dos últimos años ha priorizado el acceso a la prevención y tratamiento del consumo de opioides.
“Hoy en día, las drogas responsables de la muerte de estadounidenses son los opioides sintéticos ilícitos como el fentanilo y sus análogos, que son más fáciles de producir y transportar”, se lee en el documento, en el cual se señala que debido a su naturaleza representan una “amenaza” para su seguridad nacional.
La estrategia se compone de cinco acciones primordiales enfocadas a inhibir el tráfico de fentanilo, por el cual han responsabilizado a las organizaciones criminales de México, como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Entre estas medidas destaca frenar el contrabando de dinero al por mayor que entra por su frontera sur.
Medidas contra el tráfico de fentanilo
1) “Liderar un esfuerzo global con socios internacionales para interrumpir el comercio ilícito de drogas sintéticas”. Con esta medida Estados Unidos busca crear una coalición mundial con el objetivo de acelerar los esfuerzos contra los enervantes, mediante el empleo de enfoques multilaterales para prevenir su fabricación y detectar las ganacias derivadas de su comercialización.
Esta coalición de corte internacional desarrollará soluciones e impulsará acciones nacionales. Además, creará un “efecto multiplicador” entre los países con ideas afines que coinciden en que la lucha contra las drogas debe ser una “política mundial prioritaria”, ya que no atañe a una sola región en específico.
2) La segunda acción consiste en reforzar los servicios de inteligencia a través del intercambio de información. Para ello se debe establecer una coordinación entre el gobierno federal y las autoridades estatales y locales. La finalidad es fortalecer las investigaciones para atacar a los traficantes de drogas y desmantelar sus redes.
Lo anterior incluye mejorar el seguimiento a las prensas de comprimidos y sus piezas de repuesto -incluidos los moldes- que son utilizadas para transformar el fentanilo en polvo en pastillas. También implica aumentar las incautaciones de dinero en efectivo al por mayor que es introducido de contrabando en la frontera suroeste que comparte con México.
Esto tendría repercusiones en los cárteles mexicanos, ya que se le daría seguimiento a los envíos de dinero para detectar su origen y su destino final. El objetivo es atacar los activos de las organizaciones criminales que están detrás del tráfico de drogas sintéticas.
3) “Acelerar el trabajo con el sector privado a escala mundial”. Este punto hace referencia al acceso que los traficantes tienen con ciertas empresas comerciales legítimas, las cuales los proveen de capital, materias primas, tecnología y equipos de doble uso que pueden utilizarse para producir fentanilo de manera clandestina.
“Para interrumpir el acceso de estos delincuentes al capital y a los materiales, la Administración Biden-Harris está poniendo en marcha un esfuerzo en todo el gobierno para reforzar la cooperación con los transportistas internacionales y nacionales de envíos ‘exprés’”. Lo anterior con el fin de interceptar más sustancias y materiales de producción ilícita, por lo que también se incluye a las industrias químicas privadas.
4) Proteger el sistema financiero. Para que las organizaciones criminales puedan traficar droga y operar sus cadenas de suministro necesitan de dinero “limpio”. Por ello, el gobierno de Estados Unidos indicó que ampliará sus esfuerzos para “desbaratar” las actividades financieras de estos grupos, al aumentar las medidas de rendición de cuentas mediante sanciones.
Lo anterior, en otras palabras, se traduce en combatir el lavado de dinero relacionado con el narcotráfico, y así obstruir el acceso de los delincuentes al sistema financiero estadounidense.
Este tipo de medidas se pueden ver reflejadas en las sanciones contra los hermanos Zamudio Lerma, quienes proveían de sustancias químicas al Cártel de Sinaloa para la producción de fentanilo. Debido a ello, el Departamento de Tesoro bloqueó las propiedades y activos que dichas personas tienen en territorio estadounidense.
5) Solicitar al Congreso que refuerce las leyes contra el tráfico de fentanilo al cerrar las lagunas legales para las drogas sintéticas. Esta acción se debe a que los cárteles alteran de manera regular la estructura química de este opioide para evadir la regulación según la Ley Análoga (Analogue Act), que establece controles para este tipo de sustancias.
Aunque el Congreso incluyó todas las sustancias relacionadas con el fentanilo en la Lista I, esta medida expira el próximo 31 de diciembre de 2024, por lo que el Gobierno de Joe Biden ha instado a que se les incluya de manera permanente.
Aunado a estas cinco medidas, el presidente Biden ha pedido al Congreso una inversión histórica de USD 46 mil 100 millones que serán dirigidos a los organismos del Programa Nacional de Control de Drogas, con la finalidad de reforzar esta nueva estrategia.