El presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó que hay una corriente de estadounidenses que ha llegado a trabajar a la Ciudad de México, lo cual ha incrementado el costo de las rentas y de la vida para los mexicanos, lo cual ha ocasionado la gentrificación de diversas zonas de la capital.
«No podemos cerrar la frontera a la gente que quiera trabajar en el país», dijo.
Destacó que los extranjeros han reconocido al país como un destino seguro, en el que es fácil y barato vivir, lo cual ha llevado a que lugares como las colonias Roma y Condesa se hayan encarecido.
Aseguró que este fenómeno se ha identificado en lugares como Quintana Roo, la Ciudad de México o Yucatán. Al respecto, comentó, están trabajando la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, así como el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
Indicó que hay una política migratoria en conjunto con Estados Unidos que permite un trayecto más ordenado desde México a Norteamérica, lo cual ha ayudado a que se reduzca el tránsito de indocumentados en México.
Pidió a la gente estar pendiente de la propaganda electoral que habrá en la nación liderada por Joe Biden relacionada con el paso de migrantes entre ambas fronteras.