junio 12, 2024

El entonces coronel José Rodríguez Pérez ha sido quien presuntamente ordenó la ejecución y desaparición de los últimos 6 normalistas de Ayotzinapa, en septiembre de 2014, en los hechos de la noche de Iguala. Un año luego, en noviembre, este líder militar ha sido ascendido por el regimen de Enrique Peña Nieto a general brigadier.

El mandatario de la Comisión para la realidad y Ingreso a la Justicia del caso Ayotzinapa (Covaj), Alejandro Encinas Rodríguez, entregó nuevos detalles sobre el informe hecho por dicha instancia –creada por decreto presidencial en 2019–, donde reveló el nombre de uno de los señalados como causantes en aquellos hechos y que en comienzo el reporte ubicaba como El Coronel, quien además habría estado en contacto con miembros del conjunto criminal Militares Juntos.

Asimismo, enfatizó Encinas, la llamada verdad histórica se urdió en los más elevados niveles gubernamental de Peña Nieto e implica a cada una de esas personas que participaron en las reuniones de la Presidencia de la República (Los Pinos) en la disputa de dichos temas. Recalcó que entre los personajes que han estado en aquellos cónclaves, las autoridades ministeriales –Fiscalía Gral. de la República (FGR) y jueces– deberán localizar a los causantes en el diseño, operación e utilización de las actividades que derivaron en la mencionada versión, que fue derribada por distintas fuentes e informes.

El además subsecretario de Derechos Humanos de la SEGOB (SG) estuvo ayer en la mañanera del mandatario Andrés Manuel López Obrador para ahondar en el contenido del informe de la comisión que encabeza y sus diferencias con la verdad histórica –versión oficial en el sexenio pasado, en la que el ex procurador general de la República Jesús Murillo Karam, ahora detenido y individuo a proceso, jugó un papel preponderante–, esto para contestar a las voces que siguen defendiendo dicha conclusión y alegan que las dos apuntan a lo mismo.

“Se presume que 6 de los alumnos se mantuvieron con vida hasta 4 días luego de los hechos –suscitados la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014– y que fueron ultimados y desaparecidos por directivas de El Coronel, presuntamente el entonces coronel José Rodríguez Pérez.”

Es la primera ocasión que la gestión federal identifica explícitamente a un mando militar con la ejecución de 6 de los 43 normalistas desaparecidos.

En la composición del Batallón el nivel de coronel es el máximo en medio de las jefaturas de las fuerzas armadas, y el ascenso a general brigadier involucra expandir la capacidad mando, con más recursos bajo su cargo, y escalar a la primera de las 3 máximas posiciones en la corporación, solamente por abajo de general de separación y general de brigada.

Rodríguez Pérez era entonces comandante del 27 Ejército de Infantería, con base en Iguala, Guerrero, y respondía a las directivas del general Alejandro Saavedra Hernández, quien en 2014 era comandante de la 35 Región Militar, con origen en Chilpancingo, y quien –de consenso con la Covaj– tuvo entendimiento de lo sucedido entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre y días subsecuentes de ese año.

Los dos permanecen entre los 20 efectivos militares para los que la FGR pidió hace unos días directivas de aprehensión por su posible colaboración en dichos crímenes. El nombre de El Coronel y de otros presuntos relacionados se difundieron luego que la situación se ha judicializado, indicaron fuentes cercanas al proceso.

En el informe de la Covaj se encuentra que “el 30 de septiembre El Coronel comenta que ellos se encargarían de limpiar todo y que ellos ya se habían delegado de los 6 alumnos que habían quedado vivos” en una bodega.

Ayer, Encinas refirió que “mandaron guisar a 10 de los alumnos e inclusive hay la información, corroborada además con denominadas al teléfono de emergencia 089, donde se acredita que presuntamente 6 de los alumnos de los 43 desaparecidos han estado retenidos a lo largo de diversos días y con vida en lo cual llaman ‘la bodega vieja’ y de allí fueron entregados a El Coronel, como ven en los testimonios, quien se logró cargo de dichos muchachos”.

El subsecretario presentó un diagrama –elaborado desde el estudio de decenas de mensajes de telefonía que intercambiaron los relacionados en la desaparición y ejecución de los jóvenes– que expone que El Coronel se coordinó y otorgó directivas a David Cruz H., El Chino, reconocido como bombero, líder de comunicaciones y sicario de Militares Ligados.

“Abarca es El A1”

Otra de las identidades que ayer develó el funcionario es El A1, quien presuntamente podría ser el ex alcalde de Iguala José Luis Encierra, a quien se localiza como el individuo que entregó la orden de desaparecer a los normalistas.

–¿Quiénes brindaron la orden? –se le interrogó.

–Participa A1, presuntamente José Luis Engloba; los líderes de Soldados Ligados, y en colusión varias otras autoridades, que es lo cual pertenece a la indagación –apuntó Encinas.

El informe asienta: “A1 otorgó la orden de recobrar la mercancía: ‘me chingan a todos a discreción’. A1 ordenó la desaparición de todos los alumnos ya que no saben ‘quién es quién’ y se está calentando la plaza bastante, ‘mátalos a todos, Iguala es mío’”.

El diagrama de los mensajes de telefonía muestra que el ex alcalde –detenido aunque no por la situación Ayotzinapa–, se coordinaba con el capitán José Martínez Crespo, además del 27 Ejército de Infatería, quien paralelamente poseía comunicación con El Chino.

Justo un mes previo a que se cumpla el octavo aniversario de los hechos, Encinas Rodríguez además delineó las diferencias entre el informe de la Covaj y la verdad histórica. Una de las diferencias importantes y de fondo es que la versión del sexenio anterior se sustentó en las declaraciones conseguidas por medio de tortura a los detenidos, en la construcción de pruebas y la manipulación de la escena del crimen. Y nosotros mismos no torturamos definitivamente a nadie. Exhortó a los críticos y al resto de la ciudadanía a leer completo el reporte y sus anexos.

Acentuó que la desaparición de los 43 normalistas debió evitarse, “sin duda las omisiones de la autoridad –de los 3 niveles de gobierno– han permitido que ésta se concretara”.

Reiteró que los crímenes suscitados a lo largo de la noche de Iguala y las ocupaciones subsecuentes ha sido un crimen de Estado, toda vez que hubo negativa, ocultamiento y manipulación por las autoridades municipales, del Estado y federales, integrado la milicia.

Otra diferencia es que la verdad histórica concluye que la responsabilidad se queda sólo al grado municipal, puesto que la policía de Iguala –con la ayuda de uniformados de otros municipios– otorgó a Soldados Ligados a los 43 normalistas, y éstos fueron ultimados e incinerados en el basurero de Cocula y sus restos depositados en bolsas de plástico y vertidos en el flujo de agua San Juan.

A eso que el subsecretario indicó: “En ningún instante los alumnos han estado ligados, hubo un operativo particular que los dispersó en diversas zonas del perímetro de Iguala y sí, hubo actos de embestida donde el conjunto de Soldados Ligados, en coordinación y complicidad con fuerzas de estabilidad y autoridades de orden municipal, estatal y federal, ultimaron y desaparecieron a los estudiantes”.