El frágil estado de salud del Papa Francisco, que aplazó su viaje a África, alimenta los rumores sobre una viable dimisión, empero los profesionales advierten que no se debe darla por sentado.
Su visita a República Democrática del Congo y a Sudán del Sur, prevista para principios de julio, ha sido postergada indefinidamente, y varios se preguntan si va a poder consumar con su viaje a Canadá, a fines de aquel mes, tras vérsele realizando muecas de dolor a lo largo de varias apariciones públicas.
El Vaticano plantea que el viaje a Canadá se mantendrá «hasta nuevo aviso».
A partir de inicios de mayo, el Papa de 85 años usa una silla de ruedas o un bastón, debilitado por un profundo dolor en su rodilla derecha. Para aliviarlo, Francisco obtiene regularmente inyecciones y sesiones de fisioterapia, de acuerdo con el Vaticano, que preserva un perfil bajo sobre su salud.
El procedimiento «sigue su curso y está dando sus frutos», garantiza una fuente del Vaticano. No obstante, dichos raros cambios de última hora en la agenda de la Santa Sede han reavivado las preocupaciones sobre la función de Jorge Bergoglio para dirigir y han despertado los rumores de una viable dimisión.
Esta teoría «regresa de forma cíclica», examina el vaticanista italiano Marco Politi, creador del libro «Francisco, la peste y el Renacimiento».
«Dichos rumores son alimentadas por los adversarios del Papa que solo desean ver la salida de Francisco», apunta.
En 2014, el propio pontífice contribuyó a alimentar la premisa, al tener en cuenta que Benedicto XVI había «abierto una puerta» al abandonar su cargo.
«Frenesí mediático»
Ciertos profesionales matizan la probabilidad de una siguiente salida. «En el ámbito del papa, la mayor parte no considera mucho en la probabilidad de una dimisión», mencionó a la AFP una fuente del Vaticano.
«A partir del instante en que se comienza a mencionar que el Papa está bastante enfermo, tienen la posibilidad de pasar varios años: la patología de Juan Pablo II inició en 1993 y concluyó en 2005», rememora Alberto Melloni, historiador del cristianismo y secretario de la Fundación de Ciencias Religiosas.
«Son cosas en las que hay triunfas de comprender, de especular, empero hay poco que mencionar», agregó, lamentando un «excesivo frenesí mediático alrededor del Papa y a el santuario».
El estado de salud de Francisco ya había alimentado las especulaciones una vez que se sometió a una operación de colon en julio de 2021. El Pontífice sufre de una ciática crónica y tuvo que extirpar parte de un pulmón en su adolescencia.
«Bajo Juan Pablo II, el aumento de la patología era bastante visible, hubo cuestiones a lo largo de años» y «además había comunmente noticias equivocadas», rememora el papá Federico Lombardi, antiguo director de la sala de prensa de la Santa Sede.
«Con Benedicto XVI, ha sido más bien la agotamiento de la edad la que progresó y lo llevó a la renuncia, de manera gradual», incorpora, refiriéndose al Papa emérito, que ahora tiene 95 años y habita en un convento del Vaticano.
Consistorio a fines de agosto
En septiembre de 2021, Francisco — que sigue recibiendo a causantes políticos o religiosos cada mañana — había ironizado sobre los rumores. Todavía estoy «vivo, aunque ciertos anhelan mi muerte», mencionó en aquel instante.
Empero 3 eventos avivan los rumores, entre ellos el consistorio del 27 de agosto que designará a nuevos cardenales, incluyendo a los futuros electores en caso de cónclave, un rato bastante inusual para este acontecimiento. Después, el Papa reunirá a los cardenales de todo el mundo en Roma y visitará la tumba de Celestino V, el primer pontífice que dimitió durante el siglo XIII, en L’Aquila.
Esta combinación sin antecedentes intriga a la prensa italiana e mundial y ciertos lo ven como una posibilidad para que el Papa anuncie su elección. Empero «por ahora, hablamos de ser realista y no alarmista», matiza Marco Politi. Según él, este encuentro puede ser además un sencilla «instante de controversia general sobre la reforma de la Curia», el regimen del Vaticano, oficializada por la acceso en vigor de una totalmente nueva «Constitución» a inicios de junio.
Otro asunto central para Francisco es el Sínodo Mundial de Obispos, una vasta consulta sobre la organización de el templo que finalizará en 2023.
Este acontecimiento «es casi un miniconcilio: de esta forma que parece difícil imaginar que el Papa desee dejar a medias este enorme plan que él mismo ha decidido», dice Politi, que además apunta la complejidad de tener 3 papas en el Vaticano.