«El avión despegó de repente, con maltrato. Se cortó el viento y hubo mucho silencio». De esta forma narró Bruno Moya su vivencia a lo largo de otro incidente en el Aeropuerto Mundial de la Ciudad de México (AICM), en el vuelo Y4-723 de Volaris que viajaba de Cancún a Ciudad de México, el mismo 7 de mayo, casi a la misma hora que ocurrió el incidente que se ha difundido en redes sociales. «Empezamos a girar y darle vuelta a la Urbe. El piloto mencionó que por mal tiempo íbamos a ofrecer vuelta y modificar la ruta», comentó. Paralelamente, Tatiana Palacios contó: «El avión subió con fuerza, el ala se movía de arriba hacia debajo. Nos mencionaron que era el mal tiempo lo cual no permitía el aterrizaje». Según Bruno Moya, una vez que el vuelo consiguió aterrizar el piloto salió a despedirse personalmente de la tripulación. «Poseía la cara desencajado, se notaba que había sufrido», mencionó Bruno, «le debemos la vida».