El suministro de agua de EU a México se reducirá en 5%, lo que afectará a Baja California y Sonora.
El oeste de Estados Unidos y una parte del noroeste de México enfrentan la peor sequía regional en 1,200 años, y los recortes al consumo de agua son una realidad que afecta a más de 40 millones de personas.
El impacto en EU se refleja en la declaración oficial de escasez de agua para el embalse del lago Mead, que se encuentra por debajo de 35% de su capacidad y es considerada como la presa más grande de ese país, y los consecuentes cortes de suministro de líquido y de energía hidroeléctrica en partes del suroeste.
La actual sequía tiene ya una década de duración y es la peor de las registradas en siglo y medio.
Vinculado con el calentamiento global, la falta de agua derivada del fenómeno que afecta a siete estados de EU, California, Utah, Colorado, Nevada, Nuevo México, Arizona y Wyoming. La sequía como tal alcanza 99 por ciento de los estados del oeste del país.
Se anunció que el suministro de agua a México se reducirá en cinco por ciento, lo que afectará a la parte norte de Baja California y la zona noroeste de Sonora.
Pero el Mead es una de las represas afectadas por los 20 años en que el río Colorado ha tenido caudales menores que lo normal.
Entre las principales actividades afectadas por la sequía están la agricultura, el turismo y el suministro de alimentos.
“Las nieves de la montaña se fueron hace meses. Los suelos están resecos y los bosques secos como la yesca. Olas de calor récord han golpeado la región, desde Canadá hasta México, matando personas, árboles y vida silvestre”, informó el grupo ecologista Sierra Club.
Llaman a este ciclo como “mega sequía”, un periodo de sequedad prolongada que según ecologistas “pudo haber contribuido al colapso de la civilización maya y la emigración de los ancestrales indígenas pueblo (del suroeste de EU) hace mil años”.
Una parte importante del problema es la creciente presión demográfica. En 1900, la población total de los 16 estados y territorios al oeste del meridiano 100, considerado como el límite entre el este húmedo y el oeste árido, era de 11 millones. Para el año 2000, eran 91 millones. En 2020, eran 116 millones, pero los recursos hídricos son fijos y, más bien, van en disminución.
En 2020, más de 12.5 millones de hectáreas en el oeste estaban bajo riego, lo que subió la presión sobre la limitación del agua.
Fuente: El Heraldo