junio 20, 2024

La Administración Biden no quiere hablar de “crisis”, pero la masiva llegada de migrantes centroamericanos a la frontera sur de Estados Unidos es un desafío innegable. El presidente, crítico con las restrictivas políticas migratorias de su predecesor, intenta gestionar la situación mientras busca una solución estructural en Centroamérica.

La inmigración en la frontera de Estados Unidos con México ya es un reto para el Gobierno del demócrata Joe Biden. Las cifras de indocumentados de esta ola se asemejan a las de 2014 y 2016, durante el segundo mandato de Barack Obama, y de 2019, con Donald Trump. Pero el contexto ha cambiado, y no solo por la pandemia. Desde inicios de 2021, los centroamericanos indocumentados que tratan de llegar a suelo estadounidense aumentaron de 7.200 familias en enero hasta las 53.000 a finales de marzo. En abril, los agentes fronterizos capturaron a más de 178.000 inmigrantes irregulares y 17.000 menores no acompañados, números no vistos desde 2006.

La nueva Administración se enfrenta así a su primera gran crisis propia, que ha provocado tensiones con los republicanos y críticas entre los demócratas, además de un desastre humanitario. Biden generó expectativas durante la campaña asegurando que cambiaría las restrictivas políticas migratorias de Trump, revirtiendo la construcción del muro fronterizo, las barreras al asilo, la separación de familias y las deportaciones masivas, y que aprobaría un plan para abordar las causas de la migración regional. 

Fuente: AGENCIAS