Además del revolcón ministerial, al presidente Jair Bolsonaro se le cuestiona el cambio completo de la cúpula militar. El Gobierno, sin embargo, afirma que son procesos normales que permiten mantener la demcoracia.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, nombró este miércoles a los tres nuevos comandantes de las Fuerzas Armadas, tras completar el cambio, determinado la víspera, de los jefes del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina, según anunció el nuevo ministro de Defensa, el general Wálter Braga Netto. La crisis política del mandatario es cada vez más profunda por cuenta de su terrible gestión durante la pandemia. Estas son algunas de las claves del caso.
Terremoto ministerial
El Gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, siguió este martes con la purga que comenzó con el cambio de seis ministros y anunció la “sustitución” de los jefes de las tres Fuerzas Armadas, que son uno de los pilares de su gestión. La víspera, en un movimiento todavía no explicado oficialmente y sobre el cual Bolsonaro guarda un absoluto silencio hasta ahora, se anunciaron cambios en seis de los 23 ministerios, lo que supone casi la cuarta parte, y que incluyeron la cartera de Defensa, hasta entonces en manos del general Fernando Azevedo e Silva.
La salida del general, que no se ha aclarado si fue por dimisión o destitución, generó una creciente ola de rumores que hablaban de la inminente renuncia de los jefes del Ejército, la Aviación y la Marina, en un gesto de “solidaridad” con Azevedo e Silva.
Ministerio de defensa bajo lupa
Este martes se conoció a la nueva cúpula de las Fuerzas Armadas, un día después de destituir al titular de Defensa. La sustitución del general Edson Pujol (Ejército), del almirante Ilqes Barbosa (Marina) y del brigadier Antonio Carlos Bermudes (Aeronáutica) fue decidida en una reunión en Brasilia “con la presencia del ministro de Defensa, Braga Netto, y el exministro, Fernando Azevedo e Silva”, anunció la cartera en un comunicado.
El Ministerio de la Defensa no informó de los motivos de la decisión, sin precedentes en la historia de Brasil. Los analistas estiman que se debe al descontento de los tres comandantes con la destitución al frente de la cartera del general Fernando Azevedo e Silva, reticente a los intentos de Bolsanaro de politizar las Fuerzas Armadas.
El ya exministro dijo al anunciar su salida que durante su gestión logró preservar “las Fuerzas Armadas como instituciones de Estado”. El ministro-general “estaba incomodado con la necesidad de respaldar formalmente las actitudes del presidente Bolsonaro cuando usaba al Ejército para sus actividades políticas”, escribió en el diario O Globo el columnista Merval Pereira.
La nueva cúpula asume cargos
En un acto realizado en la capital Brasilia, Braga Netto oficializó los nombres del general Paulo Sergio Nogueira de Oliveira como comandante del Ejército, del teniente-general Carlos Baptista Júnior para estar al frente de la Fuerza Aérea y del almirante Almir Garnier para el cargo máximo en la Marina.
Los cambios, por primera vez de manera conjunta en las tres instituciones castrenses, dieron continuidad al movimiento en el alto escalón del Gobierno anunciado el lunes por Bolsonaro con seis cambios en su Gabinete. A la esperada salida del entonces canciller Ernesto Araújo, presionada por miembros de su base aliada y de la oposición, se sumó la sorpresiva del general Fernando Azevedo e Silva, quien ocupaba el Ministerio de Defensa.
En una rápida declaración durante el acto, Braga Netto, que dejó el Ministerio de Casa Civil (Presidencia), evitó comentar los motivos de los relevos en el comando de las Fuerzas Armadas y pidió unidad para combatir la pandemia de la covid-19, que deja más de 317.000 muertos y 12,6 millones de casos confirmados en trece meses.
“El mayor patrimonio de una nación es la garantía de la democracia y la libertad de su pueblo. Los militares no faltaron en el pasado y no faltarán siempre que el país los necesite”, apuntó el general, quien enalteció los 57 años, celebrados este miércoles, del Golpe de Estado que estableció una dictadura militar entre 1964 y 1985.
¿Crisis institucional?
El vicepresidente Hamilton Mourao, un general del Ejército, descartó que haya un riesgo de ruptura institucional en Brasil. “Cero, puedes poner a quien quieras, nao hay ruptura institucional. Las Fuerzas Armadas van a estar con la legalidad, siempre”, dijo en declaraciones al portal G1.
Según el funcionario, los cambios en Defensa son parte de la reforma lanzada el lunes por Bolsonaro, quien enfrenta una presión creciente por parte de sus aliados en el Congreso, que piden cambios de rumbo en medio de su cuestionada gestión de una pandemia que ya mató a más 313.000 personas en el país, con una media semanal de más de 2.600 muertos, casi el cuádruple que a principios de año.
Además, el mandatario pierde popularidad en los sondeos, a medida que las condiciones económicas se agravan, la vacunación avanza más lentamente de lo esperado y los hospitales están al borde del colapso.
El espectador