Aunque nadie lo reconoce de manera oficial, los expertos en marketing político aseguran que una campaña a la gubernatura puede costar hasta 600 millones de pesos o más. Con ese dinero, aseguran, se cubrirían todos los aspectos de una entidad como Nuevo León con más de 5.7 millones de habitantes en una extensión territorial de 51 municipios.
Sin embargo, a ciencia cierta nadie sabe decir cuánto cuesta una campaña política, como si se tratara de un tema tabú del cual nadie quiere hablar. Durante el mes de enero, la Comisión Estatal Electoral aprobó un presupuesto de 249 millones 064 mil pesos para financiamiento a los partidos políticos.
Por ser año electoral asignó otros 126 millones 205 mil 514 pesos para campañas, pero el gasto real es mucho mayor, ya que con ese dinero no les alcanza. Es decir, estamos hablando de 375 millones de pesos del dinero de los contribuyentes, para que los partidos políticos mantengan su operación a nuestras costillas. Por eso nadie ha dicho esta boca es mía a la iniciativa lanzada en el Telediario y replicada en Twitter por el arquitecto Héctor Benavides, de aportar una parte de esos recursos para el combate de los incendios de la Sierra de Santiago.
Ningún candidato se ha sumado, aunque sea de “dientes para afuera”, a la iniciativa y siguen con sus campañas como si no les importara la emergencia ecológica que está sucediendo. Son miles las hectáreas que el fuego ha consumido y el impacto a la naturaleza es más grave de lo que imaginamos, porque se están acabando los pulmones que nos abastecen de oxígeno. Por otro lado sirven como muro de contención para que los escurrimientos de agua lleguen a las presas que abastecen del vital líquido a Monterrey y su área metropolitana.
Mientras tanto… los aspirantes de los distintos partidos políticos siguen sus actos proselitistas, como si no estuviéramos al borde de la peor crisis ambiental en la historia del estado.
by Milenio
